Primero voy a describir lo que me sucedió y luego expondré mi valoración sobre lo sucedido.
En mi recorrido por las agencias que dan su servicio en Quito, esta vez me fijé en una nena que se anunciaba en el sector de la Av. Real Audiencia. Me contacté y le dije que llegaba en una hora. Me dijo que cuando esté a unos veinte minutos de llegar le asegure, lo cual lo hice. Me respondió que estaba saliendo y que regresaba en 40 minutos. Me dijo que su compañera me podría atender. Yo le respondí que podía esperar a que regrese.
Efectivamente, esperé un tiempo prudencial y le envié un mensaje preguntándole si ya estaba. Me respondió que ya estaba disponible. Me hicieron entrar a la casa, ingresé al baño a lavarme las manos y cuando salía, apareció una chica mulata, de contextura robusta. Me quedé sorprendido, pues la chica no coincidía con las fotos; pero bueno, subí a ver qué tal me iría.
Una vez en el cuarto, me preguntó: ¿Cuánto tiempo?, le respondí que una hora. Tomó el dinero y salió, con la consabida demora.
Cuando regresó, se empezó a sacar la ropa y me acerco. Ahí mismo me dio un pare, diciéndome que ella no daba besos, que no le gustaba que le toquen y que tampoco permitía que le hagan un oral (yo ni había pensado en eso); es decir, me puso todas las limitaciones de su servicio.
Resignado, porque se notaba que el servicio no iba a ser bueno, hice lo que se pudo, me realizó un oral (con condón, como debe ser) y seguimos con el primer round, tipo chongo barato, ya que se acostó y nada de empeño. Terminado el acto, prendió su celular y empezó a enviar mensajes, que es una mala costumbre que tienen todas las chicas.
Una vez que terminó de mensajear, sonó su celular. Me dijo: “es mi jefe” y salió. Se demoró unos minutos y volvió a entrar. Para mi sorpresa hizo el comentario “este desgraciado se hace rico con nuestro trabajo”, yo sin saber qué responder, le pregunté “Él no está aquí” y me respondió “Tiene otro local en Cotocollao” … “Él no trabaja vive a costilla nuestra”. Yo no sabía que decirle.
Terminado esto, se acostó junto a mí, empezamos una conversación intrascendente; cierto un momento me dijo que ella hace más servicios, pero que cada una de las prestaciones tiene un costo adicional.
Pensé que ya era tiempo del segundo round, pero por la actitud que había tenido desde el inicio y viéndole su mal estado de ánimo, me levanté y dije que me iba. Ella se sorprendió y me dijo: “yo si pasé bien, no se tú”. No le respondí, me vestí y salí.
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Aquí va mi reflexión.
Todo conduce a pensar que me hicieron el cambiazo. La chica que me atendió no se parece en nada a la de las fotos. La que me atendió fue una colombiana de unos 25 años, mulata, trigueña clara, fornida, con tatuajes y lo más notorio es que se maneja una amplia nalgamenta. Además, las facciones de la cara son tipo negroide. No se parecen nada entre la de las fotos y la que me atendió.
Talves, la chica del anunció salió y dejó en reemplazo a la mulata. Pero, aunque sucediera esto, lo peor fue que la mulata da un servicio deplorable. Que no quiera dejarse tocar, muestra su poca implicación en el servicio. Por su actitud, pienso que esta chica trabajó anteriormente en un chongo y que quiere seguir dando ese tipo de servicio.
Otra posibildad, puede suceder que la chica de las imágenes ya no trabaja en el local, pero que usan esas fotos para atraer a incautos (como yo).
Una cosa que ratifica mi hipótesis, del cambiazo, es que un momento le comenté que en su anuncio no aparecen sus tatuajes y ella me respondio: "¿No me parezco al anuncio?" y se rió.
Ahora, a partir de los comentarios sobre el dueño de la agencia, deduzco que está inconforme con trabajar allí y que talvez tuvo un altercado. Pero esto no debe ser una causa para dar un pésimo servicio.
De manera resumida, la califico entre las peores experiencias que he tenido, por el engaño al que fui sometido y el pésimo servicio recibido.
Last edited by LeninSito (2022-12-16 21:28:24)